Hace varios días, concretamente el pasado miércoles 13 de Enero, me sorprendió una noticia que saltaba a mí televisión como avance de algo importante. Había ocurrido una desgracia; un fuerte terremoto de magnitud 7 grados en la escala de Richter, había devastado el oeste de Haití y concretamente en su capital, Puerto Príncipe, donde varios edificios se habían derrumbado por el fuerte temblor. Se desconocían números algunos de víctimas.
Para ponernos en situación, Haití es un país perteneciente al Caribe, limitando al Este con la República Dominicana. Su capital es Puerto Príncipe, y otras ciudades importantes son Cabo Haitiano (norte), Gonaives (noroeste), Cayes (sur) o Jacmel (sudeste). Algunos datos de interés del país, como la media de expectativa de vida, es de 51 años por parte de los hombres y 52 en las hembras...
Puestos un poco en situación del país, ahora la situación es más trágica. Poco a poco fueron dando más noticias, y nos fuimos enterando mejor de lo ocurrido en una parte del Caribe. Pero las noticias no eran nada halagüeñas; se hablaban de edificios derrumbados, de cientos de muertos. Oscuridad en toda la ciudad, y gente que no sabía que hacer ni donde acudir. Y nos llegaban las primeras imágenes, y de alguna manera, veíamos aquello que no podíamos ni imaginar; gente desconsolada, grandes edificios destrozados; hoteles, bloques, casas, establecimientos... hasta la Catedral de la ciudad, el Palacio Presidencial o la sede de la ONU.
Era increíble, ¡qué desgracia! Miles y miles de personas inocentes ya se daban por desaparecidas, los cadáveres se contaban por miles, se apilaban en zonas como en las carreteras, y "los supervivientes" ya se ponían a trabajar, ya sea para rescatar a dichas personas, o para rescatar a los cadáveres. Y una noticia que acabo de leer, y no otra cosa que desoladora; ya se hablan que se han enterrado 70.000 cadáveres. Increíble, pero cierto. Ya se habla de milagros, como el ocurrido ayer, cuando encontraron a una niña y dos adultos vivos bajo un supermercado, o el rescate de la propietaria del lujoso hotel Montana, o la mujer embarazada, rescatada en helicóptero, que ha dado a luz.
Y la ayuda internacional ya se empezaba a mover. Varios países ya se ponían al tanto para mandar ayuda humanitaria, y hasta se han presentado en Haití, para conocer de primera mano la situación del país. De nuestra España, ya podemos decir que se encuentran especialistas de rescate para ayudar, asi como ONG's, Guardia Civil, Médicos y personas del Gobierno.
Son numerosas ONG's las que se han puesto manos a la obra también, y se han puesto en contacto con anuncios, de números de cuenta para que realicen donativos, tales como Médicos sin fronteras, Cáritas, Cruz Roja, Colabora con Haití, Manos Unidas, Ayuda Unicef, Intermon-Oxfam, Ayuda en Acción...
Y aquí, en nuestra querida Lora, no hemos querido ser menos que nadie, y también hemos aportado nuestro granito de arena. En estos días, vía email, vía tuenti o vía sms, nos llegaban eventos, noticias, o quedadas para ayudar a este país que ha sido sorprendido y sacudido por la desgracia. Nos hemos visto en las puertas del Supermercado "Mercadona" con huchas, se han realizado donativos, se han visto dichas huchas en las puertas de las Iglesias, Cáritas, las colectas de este fin de semana van destinadas al mismo sitio, y en estos días se seguirán viendo en diferentes sitios, para intentar que cada uno de nosotros demos un donativo para intentar ayudar a estas personas inocentes.
Por eso, desde "Airedeincienso" queremos valorar dichos actos que nos salen desde dentro de nuestro corazón, y poner el granito de arena para intentar, primeramente, rescatar a las personas que siguen debajo de los bloques de hormigón, de rescatar los cadáveres de los que han fallecido en la tragedia, y para que los más damnificados, después del terremoto, tengan esa ayuda que tanto les hace falta. Hacia todos va nuestra oración.
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